LAS COMARCAS DE
EL BIERZO-SIL:
LA CABRERA BAJA (I)
La Comarca de la Cabrera se puede subdividir en dos zonas: la Cabrera Baja y la Cabrera Alta (esta última aporta el agua de sus ríos al Duero).
LA CABRERA:
LA CABRERA:
La Cabrera Alta viene caracterizada por extenderse a lo largo del río Eria, que recibe los aportes de las Sierras del Teleno y de la Cabrera. La Cabrera Baja, en cambio, se articula siguiendo el discurrir de las aguas del río Cabrera, hasta que tributa su caudal al río Sil.
El antiguo y ancestral aislamiento al que se vio sometida por su orografía nos permite, como contrapunto, ahora poder indagar en sus antiguas costumbres y “modos de vida”, al mismo tiempo que recorremos sus pueblos o visitamos el sorprendente Museo de la Cabrera, en Encinedo.
Sus poblaciones mantienen, y recuperan paulatinamente, sus tradiciones añejas y sus costumbres medio olvidadas, como es el exponente señero de la Danza del Rey Nabucodonosor en Corporales.
Igualmente, las distintas localidades son vivos ejemplos de la primaria arquitectura popular en iglesias, balconadas y casas típicas de piedra y pizarra.
Sus fuentes y actividades económicas en la actualidad, símbolos de progreso, están referidas a la extracción de pizarra y al todavía incipiente turismo rural.
La gastronomía, basada en la dieta cabreiresa de autoconsumo, incluye inevitablemente las sopas de ajo, los cachelos, la androlla, botillo, cecina, jamón casero, queso artesanal, cocido maragato, trucha, perdices, codornices y, de caza mayor, el corzo.
Las Canteras es el principal motor económico de la zona.
Carretera Sigueya -Lomba-La Baña
APUNTES DE LA CABRERA ALTA:
Es, por su desconcertante puesta en escena, preciso referirse a la Semana Santa de Corporales que nos recibe con su tradicional representación del Cristo viviente y que se encuentra a punto de perderse con el devenir de los años. En Corporales se ubica el pajar más espectacular y expositivo de la Cabrera Alta.
Villar del Monte: fiel y digno exponente de toda la pureza de la singularidad cabreiresa, es un lugar con una tranquilidad avasalladora, cualidad que prodiga la Cabrera en general, en el que se ha prestado una atención esmerada y detallista al conservar la esencia del “hábitat” humano. Paseando apacible y serenamente por él, ya resaltan tanto la arquitectura rudimentaria homogénea como un conjunto de características originales: los nombres y rótulos de las calles continúan impresos en tablillas de madera, como asimismo el cartel que informa sobre las fechas de creación del cementerio y su posterior restauración.
Se pueden visitar y contemplar algunos pajares restaurados con gusto y finura, aprovechando el itinerario de un camino señalizado.
El recorrido es apto para probar el agua fresca y natural de una fuente pública en la plaza, que ha sido restaurada y adecentada hace poco. Da la impresión de ocupar más espacio del real, por el relieve del suelo que amplifica sus dimensiones aparentemente.
Una de las joyas que, por su armonía y preciosidad, es obligado observar es la iglesia parroquial, a la vera del cementerio, y la recoleta y tímida ermita de la plaza, engalanada con un mini-jardín.
Otros tintes y elementos a valorar son las galerías exteriores de paso, muy útiles en invierno, y los hornos que en ellas se recuestan o sustentan. Es de lamentar que estos hornos (varios comunales) se hayan destruido para siempre en buena parte, lo que no se da al haberse evitado en Villar del Monte, enclave donde se ha tenido especial empeño en rehabilitar los edificios o casas antiguas con el complemento inconfundible de sus hornos.
La Cabrera Baja atesora unas connotaciones que la hacen asemejarse tanto a la cultura y forma de ser berciana como a la de su Comarca gemela y homónima.
La Cabrera Baja es tributaria de unos rasgos distintivos, en comparación con la anterior (la Cabrera Alta).
En pequeña proporción, no obstante, la Cabrera Baja sigue el tan resaltado declive y decadencia económica, de cabaña ganadera y poblacional comarcal y, en cambio, en la Alta estas constantes son de tipo más dramático. La pujante y desaforada, incluso excesiva actividad minera ligada a la extracción de la pizarra, ha logrado y facilitado la recuperación o estabilización de varios de sus pueblos más importantes y dinámicos, casos de La Baña y Puente de Domingo Flórez.
Su abrupta, intrincada y sinuosa orografía y la pobreza secular arraigada la ha llevado a una situación de despoblamiento, abandono casi total de algunas localidades, en las que se aprecia una rara belleza desolada y casi irreal, espectáculo único y repetido en núcleos como Saceda, Llamas, Odollo o Santa Eulalia y otros cuantos más.
Tomando el derrotero del curso del río Cabrera, que ya aporta y conduce sus caudales abundantes hacia Galicia, nos movemos en una sucesión de pueblos encerrados y subsumidos en su paisaje, como de cuento, con casas apiñadas y arracimadas, todas con lajas y cubierta de pizarra y tosca o basta arquitectura con base material en piedra y madera, lo que nos remite a tiempos pretéritos. Si accedemos al interior de los habitáculos nos es difícil tan siquiera comprender cómo, hasta hace bien pocos años, éstos podían desempeñar su función de viviendas útiles y habitables. Únicamente ciertas casonas de bastante extensión, no muy agraciadas en su mayoría, nos complacen hasta el punto de creer que el viaje no ha sido baldío ni se ha efectuado en el “túnel del tiempo”. Son propiedad de emigrantes o forasteros que, como nuevos indianos acaudalados, quieren presumir y enseñar que la prosperidad les ha favorecido en mayor grado que a los que decidieron quedarse.
Entre los lugareños de más edad aún hoy en día se puede investigar y averiguar sobre la verdad de aquéllos que permanecieron “huidos” durante unos 18 años después de finalizada la contienda civil, al amparo de estos montes a los que consiguieron establecer como “escondrijo” casi perfecto. En tierras de Odollo, Quintanilla y Pombriego, en una ruta que es surcada por la carretera, se reitera una historia, mitad mítica, de los personajes y paisajes que albergaron a estos guerrilleros. Siempre la misma disposición de los asentamientos: a un lado, el río y, a su contrario y encaramado “monte arriba”, los “carriles” (trazado de los antiguos canales de agua construidos y labrados por los romanos para abastecer y transportar el líquido imprescindible para mantener activa la impresionante explotación de oro de “Las Médulas”). Por descontado que el oro no favoreció a La Cabrera, que sólo veía cómo se iba hacia Corporales. Estos canales, en cifra de siete, fueron testigos silentes del estancamiento y retraso a través de tiempos prolongados de la Comarca.
Muy cerca, relativamente, nos esperará Puente de Domingo Flórez, capital ejerciente de los servicios atraídos por las explotaciones pizarreras y puerta y antesala del Bierzo.
LA BAÑA:
Este ya postrer pueblo de la Cabrera Baja es, quizá en cuanto a “la losa”, el más destacable de todos ya que ha ido generando en las dos últimas décadas riqueza para sus habitantes, en detrimento de su encanto natural para los viajeros. Actualmente, hasta se ha instalado aquí un helipuerto y se ha convertido, partiendo de ser un “granero” de emigrantes a tornarse en acogedor de inmigrantes o trabajadores de lugares más bien próximos.
Pero, a pesar del desastre y derribo de montañas, aún es posible realizar senderismo desde la localidad bañesa en dirección, con una larga caminata de unos 12 kms. a completar, hasta el increíble Lago de La Baña, por unas sendas dificultosas por su desnivel, situado a unos 2.000 metros de altitud, bonito donde los haya y más valorado por el sacrificio que supone la excursión.
ENCINEDO:
Antes de pasar a centrar el análisis en los municipios que se acogen al Consejo del Bierzo, cabe proceder a efectuar un resumen incompleto pero revelador de lo que nos ofrecen los núcleos que componen Encinedo.
Sin duda es innegable que en toda la Cabrera Baja el principal atractivo está en la naturaleza inmutable y el carácter afable de sus gentes, lo que en Encinedo es todavía más constatable. Y otro de los singulares accidentes geológicos se sustancia en el Lago de La Baña, declarado y reconocido como Monumento Natural.
En tanto que lista de escogidos lugares, que seguro que son más, englobados en el municipio de Encinedo están:
- Los corredores inconfundibles de Trabazos.
- Los palomares tan específicos y propios de Robledo y Quintanilla de Losada.
- Las iglesias y las imágenes santeras de Castrohinojo y Santa Eulalia.
- El conjunto monumental-artesano formado por la fragua y el molino de Ambasaguas.
- El típico y vistoso Barrio de Arriba, en Forna.
- El Museo Etnológico, costumbrista y de artes y tradiciones populares de Encinedo.
En la Cabrera Baja merecen un aparte por su necesaria visita y admiración los molinos y fraguas, ejemplos de aprovechamiento en lugares inimaginables e insospechados.
También, con una buena programación, es fundamental acceder al origen o inicio de los canales romanos que, partiendo de Santa Eulalia, van a desembalsar en las Médulas bercianas, lo que les hace alcanzar unos 100 kms. de longitud. Prueba definitiva de que ello fue así son los numerosos castros romanos que indican a las claras la existencia de poblados romanos ya en el siglo I de nuestra era, para controlar las corrientes de agua en sus conducciones.
Lógicamente, en la actualidad, la lengua dominante es el castellano, pero con una fuerte influencia, interferencia y presencia del leonés, en su variante dialectal local genuina: el cabreirés. En menor proporción o extensión del territorio se habla un dialecto influenciado por préstamos y expresiones del gallego oriental muy relevantes, o sea, en la mayor parte de lo que se entiende como Ayuntamiento de Puente de Domingo Flórez. Es, precisamente, Castroquilame un lugar transicional, en el cual se observan y detectan tanto formas del gallego oriental como del cabreirés.
En su conformación histórica, el cabreirés es simplemente un dialecto de la familia del asturleonés. Aunque está gravemente amenazado y en lento retroceso, las iniciativas en pro de su defensa y conservación desde las distintas Administraciones de la Comarca no son en nada escasas. Se trata, por varios medios, de revitalizar el habla tradicional e histórica de la zona con actos festivo-culturales, como es el Festival Celta de Cabreira.
Según Concha Casado, estudiosa y dedicada a La Cabrera, en un trabajo documentado de campo bien orientado, se concluye que se dan divergencias notorias entre las formas y giros utilizados por los jóvenes y los modos y maneras de hablar de los nacidos en la década de los 40 del pasado siglo XX.
BENUZA:
El municipio de Benuza cuenta con 174,5 km. cuadrados de superficie total, repartida o distribuida entre valles y las colinas que lo diseñan y perfilan. El último censo agrario conocido y proporcionado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que el territorio- por usos- es de unas 72 Has. labradas o cultivadas, 2.840 Has. dedicadas a pastos permanentes y otras 1.185 Has. de especies y aprovechamientos forestales.
Ganadería: la labor y ejercicio del pastoreo continúa, aunque con menos intensidad y fuerza que antaño. En estos últimos años ha sido una reivindicación constante un Plan de continuada mejora de las infraestructuras viarias y de las vías de comunicación. El atractivo histórico, etnológico y el senderismo han propiciado y colaborado en el aumento de negocios relacionados con el turismo rural, la investigación, el estudio y la búsqueda de restos y reliquias arqueológicas, así como en el progreso paulatino en la dotación de carreteras.
LA PIZARRA:
Con el transcurso de los años, el sector primario ancestral ha dejado paso a otros más productivos. Por tanto, las actividades de siempre han quedado relegadas a un segundo plano, muchas veces complementario o accesorio. Este descubrimiento o cambio estructural ha venido justificado por el gran impulso económico en que se ha traducido la “fiebre” de apertura de canteras en los puntos más propicios en donde se presentan unos buenos filones de pizarra (que, por cierto, son decenas). Esto ha traído aparejado un aumento del nivel de vida, con los puestos de trabajo asociados y el frenazo al proceso emigratorio que duró decenios.
Indirectamente, la Declaración y Denominación como Patrimonio de la Humanidad de las Médulas por la UNESCO en 1997 ha relanzado la afición por el estudio y exploración con objeto investigador de la Zona Arqueológica de las Médulas. Como consecuencia y resultado ya son pocos los ilustrados que no han oído hablar y citar a Las Médulas, pero su transcendencia va más allá del recinto exclusivo de la explotación abarcando otras obras infraestructurales. Una entramada, complicada y completa red de canales de más de 150 kms. derivaba el agua con suficiente potencia desde los Montes Aquilianos y la Cabrera. Toda una macroobra de la ingeniería para su época con todo lo necesario: grandes depósitos, lagos o embalses, castros o poblados, cuevas, cavernas y galerías son componentes que apoyan la prioritaria labor de un conocimiento exhaustivo del enorme conglomerado de las Médulas.
Nueve son los núcleos poblacionales integrados en el Ayuntamiento de Benuza: Lomba, Llamas de Cabrera, Pombriego, Santalavilla, Sigüeya, Silván, Sotillo de Cabrera, Yebra y Benuza. Cada cual posee unos encantos y una personalidad propia.
En la Edad Media, con el advenimiento de los monjes del cercano Montes de Valdueza, se erigen monasterios y se construyen ferrerías y molinos. Esto con la inestimable facilidad que proporcionaba el río Cabrera, que surge del Lago de La Baña. A la altura e inmediaciones de Llamas de Cabrera, inesperadamente, cambia de rumbo y gira en sentido sur-suroeste. Su caudal es alimentado y engrosado debido a las generosas y constantes lluvias por períodos, durante el otoño no remitiendo hasta bien entrada la primavera y, asimismo, con las aportaciones de los ríos Silván y Benuza. Como remate, el río señero desemboca y confluye en el río Sil, en Puente de Domingo Flórez.
SEÑAS DE IDENTIDAD TURÍSTICA:
La práctica del senderismo y excursionismo nos permite descubrir verdaderas fantasías de arte cobijadas entre sus valles y montañas. Las iglesias parroquiales albergan tallas y retablos admirables de épocas remotas, apenas estudiados. Los vecinos prosiguen y recogen con alborozo los tradicionales festejos de “los santos”.
Entre todas las celebraciones y romerías, una se lleva los máximos honores- la fiesta para honra y devoción a la Virgen del Valle, patrona y protectora de toda la Cabrera-, que cada domingo posterior a la Pascua congrega a multitud de familiares y amigos de los lugareños. La Ermita de la Santísima está a mil metros de altitud y, desde este sitio tan sagrado, se alcanza a otear una magnífica panorámica, para encuadrar en postal, del valle del río Silván. Cada pueblo, como se mencionó, tiene su patrón particular al que se rinden las loas y honores preceptivos a modo de fiesta popular. Y, además, el hecho de la presencia de otras ermitas es remarcable, tales son las de Santa Elena en Lomba o la de la Virgen del Fresno en Silván, lo que refuerza y vigoriza estas costumbres religiosas.
En estas poco transitadas y generosas tierras puede aún sentirse y notarse la imborrable y perdurable huella de las Médulas y la sabiduría e imaginativa de la ingeniería romana. Comprobación sin discusión de ello es el arduo trabajo para transportar y acercar el agua impetuosa del río Cabrera al mismo frente de explotación. En las laderas de este significado río se agolparon y florecieron años y años los pueblos, al igual que los sotos de castaños y los nogales, como especies más frecuentes.
POMBRIEGO:
Esta afamada localidad se conoce por su recogida masiva de castañas, “fruto de moda” en magostos de lugares cada vez más alejados, mas que anteriormente al descubrimiento de la patata nativa de Sudamérica se constituía en un elemento imprescindible de la dieta cotidiana y de alimento corriente y general para todas las familias y animales domésticos.
En la Edad Media, en sus postrimerías, comenzaron a surgir y levantarse molinos y ferrerías en los entornos más adecuados de los ríos, que se utilizaban de manera compartida y comunal, cubriendo los destinos de frutos de las cosechas cerealísticas de una extensión que comprendía unos kms. “a la redonda”. Los monjes de la Tebaida berciana, por motivos históricos, edificaron y levantaron una ferrería, que se data entre 1749 y 1753 a la orilla del río Cabrera, hoy afortunadamente reformada y con servicio de casa rural.
Los casi 800 habitantes del municipio que moran y se desenvuelven en estos parajes, recuperando y embelleciendo las viviendas precarias del otro siglo ya agotado, se afanan en dignificar y rescatar sus costumbres. En las casas de piedra extraída del contorno, es la galería de madera la que les da más prestancia y adorna su fisonomía genuina, desafiando y retanto a las inclemencias climatológicas anuales. Los “medeiros” de paja (que imitan la figura de choza arcaica) y los colmenares tan bien adaptados al medio son sólo un recuerdo adorable del pasado. En los alrededores de Santalavilla, aparte de su bosque singular de alcornoques, se distinguen las cuevas excavadas y horadadas en la tierra arcillosa, como bodegas naturales al “aire libre”. En el intermedio de dos arroyos, la Guiana y Hortoloceños, esta población contó y acogió hasta dos monasterios durante el largo Medievo.
Con la completa y definitiva Reconquista, se inicia un proceso que, impulsado por la nobleza y el clero, lleva a una época de cierto esplendor, comparativo respecto a la penuria anterior. Es cuando los monasterios, las iglesias, los molinos,… se erigen como fiel y patente reflejo de todos estos siglos.
Se principia con una práctica más continuada y productiva de la agricultura, sobretodo de cereales de secano, que ya satisface plenamente las pretensiones de una mínima “calidad de vida”. El pastoreo empuja aún más la implantación de esta economía de subsistencia. Se busca y despunta también un incipiente comercio de trueque, con los excedentes en la vecina Galicia. Las ferias de ganado se manifiestan como referente mensual, periódico, de intercambio constante entre gentes de varias procedencias, dentro de los lugares de los alrededores más cercanos.
Desde el municipio de Benuza, más en concreto de Llamas de Cabrera, es factible dirigirnos en dirección norte y, así, acceder a Yeres donde se nos muestran las llamadas “Medulillas”.
PUENTE DE DOMINGO FLÓREZ:
Municipio, a la vez que cabecera y centro comercial de la Cabrera Baja, tiene unos 1.936 habitantes, tal vez algo más. Sus núcleos constitutivos son: Castroquilame, Puente de Domingo Flórez, Robledo de Sobrecastro, Salas de la Ribera, San Pedro de Trones, Vega de Yeres y Yeres. El territorio está un tanto desequilibrado, puesto que las dos localidades más pobladas (San Pedro de Trones y Puente de Domingo Flórez) suman un 63% del censo total. El resto de residentes se distribuye de forma desigual y heterogénea entre los demás núcleos poblacionales. Puente de Domingo Flórez, cada vez con mayor solvencia, juega el papel de centro administrativo, socioeconómico y comercial de toda la zona, reuniendo la mayoría y mejor dotados de los sevicios. Puente está disfrutando de un leve, pero nada desdeñable incremento demográfico.
En esta Región montañosa, Puente es un oasis determinado por su altitud baja, en contraste con todo lo que lo rodea. Pues la Cabrera ha quedado en el subconsciente colectivo impresa como una zona inhóspita, incomunicada y marginal, pobre por naturaleza y orografía, sin otra salida a considerar que la emigración, mereciendo el calificativo bien ilustrativo de “Las Hurdes”, bautismo ofrecido por el insigne escritor y literato berciano Ramón Carnicer. Aunque su redención y cambio de “etiqueta” ha venido dado por el vuelco originado en las dos últimas décadas con la muy socorrida y rentable explotación y laboreo de canteras. El producto, la pizarra, se extrae, elabora y corta en paquetes de finas láminas para el subsiguiente envío al mercado interior y con destino a la exportación a otros países europeos, principalmente a Francia y Alemania.
La irrupción de la industria extractiva, en un auge continuado e irreversible desde hace unos años, lleva su cruz a modo de una irreparable y sustancial degración medioambiental, peaje a pagar para que apenas exista desempleo y que los ingresos familiares disponibles logren unas cifras consideradas como “medias”, en su ámbito circundante.
La cultura, por otra parte, no avanza tan rápidamente pese a su mejora y se sitúa en un espectro más bien inferior y con potencialidad claramente mejorable.
La agricultura y ganadería han perdido su “peso específico” y en ellas se emplean lo mismo mujeres que jóvenes, secundariamente a las ganancias de la mano de obra industrial o del sector terciario.
La Cabrera Baja está en la dinámica del Grupo de Acción Local (G.A.L.) “Montañas del Teleno”, recibiendo ayudas y subvenciones considerables. En Puente se ha creado y desarrollado el Museo de la Pizarra, que se va consolidando y perfeccionando poco a poco.
Reconociendo que la red viaria y de transporte por carretera se ha aumentado en número de kms. asfaltados y en mejores condiciones, aún así el estado y mantenimiento de varias de ellas es insuficiente y, por su carácter montañoso y quebrado, los tiempos de circulación y viaje se incrementan neta e injustificadamente.
Hay que poner en perspectiva la proximidad fronteriza de Puente con la Comunidad Autónoma gallega, con la que limitan diversas localidades, lo que es palpable en la dialectología y entonación con que se expresan sus habitantes. En consecuencia, el castellano hablado y coloquial sufre una fuerte influencia del gallego, no siendo extraño escuchar expresiones, giros y típicas expresiones galaicas.
En la provincia leonesa, la Cabrera comparte con otras áreas los aspectos de espectacularidad paisajística y escasez de recursos y abandono relativo. El rápido despoblamiento, envejecimiento y pobreza comparativa, por ejemplo, que se presentan en las dos Cabreras y la Maragatería determina que la red conformada entorno a las sierras del Teleno y de la Cabrera cobije una reserva estratégica única de especies faunísticas importantes: ciervo, corzo, lobo, jabalí, garduña, gineta, nutria, trucha y nunca un número inferior a 150 especies de aves. Esta circunstancia tan singular ha aconsejado la creación y delimitación recientes de una Reserva Natural, cuyo punto de referencia y de fijación es el área influenciada por el Lago de La Baña, en la Cabrera Baja.
El tapiz vegetal que se enseñorea de todo como alfombra vegetal le da un aspecto inmejorable a estas Comarcas. A los bosques y masas forestales de robledales autóctonos se han añadido los “piares” que albergan en su espesura casi virgen unas numerosas comunidades de especies variadas. El contrapunto acentuado entre el color verde esplendoroso de las cuentas fluviales y el otro verde más atenuado de los verdes prados alternando, a veces, con altozanos o terrazas y secarrales es ideal para la vivencia de “hábitats” diferenciados y complejos con una profusión de plantas florales y con la catalogación de veinte endemismos, como mínimo.
Los nativos de Puente de Domingo Flórez sienten y quieren a la Cabrera, eso es evidente. Con sus 381 metros de altitud es una de las pocas áreas con tierras más bajas de toda la provincia.
LUGARES DIGNOS DE VISITA:
- Vega de Yeres, pueblo caminero, dispuesto a todo lo largo de una sola calle.
- Castroquilame, con una sobrecogedora sucesión de montañas que lo rodean como si fuera una plaza porticada.
- En la ladera opuesta, de enfrente, Robledo de Sobrecastro con sus tres barrios de Fondo de Vila, de Campelo y de la Lomba, claramente distinguibles.
- En Castroquilame, como curiosidad agraria, no es extraño el cultivo de limoneros, granados, melocotoneros, pavías,… debido a su orientación y clima especial.
- Los palomares de piedra, circulares, con un tejado de una sola vertiente espaciados y habituales.
- El cementerio de Pombriego (en Benuza). Este pueblo tan caracterizado nos invita a recorrer unos cuatrocientos metros entre chopos, cipreses y manzanos, disfrutando de la lontananza del rumor de la caída del agua en regueros, a través de los prados, en la esperanza de alcanzar la entrada de la “Ferraría” y de observar sus mecanismos y su probable funcionamiento. Una nota peculiar de la mayoría de casas de Pombriego es la previsión de una “gatera” y el recuerdo retrospectivo de “los huidos”.
RACIONALIZACIÓN DEL SECTOR LOSERO:
Bierzo Natura llama la atención y denuncia el silencio casi sepulcral que concita el “uso consolidado” de soltar el agua terrosa de las balsas de depósitos y productos de la actividad pizarrera, directamente a los cursos de agua. La práctica es sabida por casi todos pues las truchas ya no saltan alegremente como la mayoría recordamos.
Se ha de vigilar, inspeccionar y exigir la habilitación de una depuradora en cada cantera- si no, los arroyos y ríos se ensucian, obturan y contaminan.
MARCELINO B. TABOADA
Carretera Sigueya -Lomba-La Baña
Las Vias de Comunicación aunque han sufrido mejoras son carreteras angostas y sinuosas de montaña que hacen que los kilometros que separan estas localidades se hagan mas largos.
APUNTES DE LA CABRERA ALTA:
Es, por su desconcertante puesta en escena, preciso referirse a la Semana Santa de Corporales que nos recibe con su tradicional representación del Cristo viviente y que se encuentra a punto de perderse con el devenir de los años. En Corporales se ubica el pajar más espectacular y expositivo de la Cabrera Alta.
Villar del Monte: fiel y digno exponente de toda la pureza de la singularidad cabreiresa, es un lugar con una tranquilidad avasalladora, cualidad que prodiga la Cabrera en general, en el que se ha prestado una atención esmerada y detallista al conservar la esencia del “hábitat” humano. Paseando apacible y serenamente por él, ya resaltan tanto la arquitectura rudimentaria homogénea como un conjunto de características originales: los nombres y rótulos de las calles continúan impresos en tablillas de madera, como asimismo el cartel que informa sobre las fechas de creación del cementerio y su posterior restauración.
Se pueden visitar y contemplar algunos pajares restaurados con gusto y finura, aprovechando el itinerario de un camino señalizado.
El recorrido es apto para probar el agua fresca y natural de una fuente pública en la plaza, que ha sido restaurada y adecentada hace poco. Da la impresión de ocupar más espacio del real, por el relieve del suelo que amplifica sus dimensiones aparentemente.
Una de las joyas que, por su armonía y preciosidad, es obligado observar es la iglesia parroquial, a la vera del cementerio, y la recoleta y tímida ermita de la plaza, engalanada con un mini-jardín.
Otros tintes y elementos a valorar son las galerías exteriores de paso, muy útiles en invierno, y los hornos que en ellas se recuestan o sustentan. Es de lamentar que estos hornos (varios comunales) se hayan destruido para siempre en buena parte, lo que no se da al haberse evitado en Villar del Monte, enclave donde se ha tenido especial empeño en rehabilitar los edificios o casas antiguas con el complemento inconfundible de sus hornos.
La Cabrera Baja atesora unas connotaciones que la hacen asemejarse tanto a la cultura y forma de ser berciana como a la de su Comarca gemela y homónima.
La Cabrera Baja es tributaria de unos rasgos distintivos, en comparación con la anterior (la Cabrera Alta).
En pequeña proporción, no obstante, la Cabrera Baja sigue el tan resaltado declive y decadencia económica, de cabaña ganadera y poblacional comarcal y, en cambio, en la Alta estas constantes son de tipo más dramático. La pujante y desaforada, incluso excesiva actividad minera ligada a la extracción de la pizarra, ha logrado y facilitado la recuperación o estabilización de varios de sus pueblos más importantes y dinámicos, casos de La Baña y Puente de Domingo Flórez.
Su abrupta, intrincada y sinuosa orografía y la pobreza secular arraigada la ha llevado a una situación de despoblamiento, abandono casi total de algunas localidades, en las que se aprecia una rara belleza desolada y casi irreal, espectáculo único y repetido en núcleos como Saceda, Llamas, Odollo o Santa Eulalia y otros cuantos más.
Tomando el derrotero del curso del río Cabrera, que ya aporta y conduce sus caudales abundantes hacia Galicia, nos movemos en una sucesión de pueblos encerrados y subsumidos en su paisaje, como de cuento, con casas apiñadas y arracimadas, todas con lajas y cubierta de pizarra y tosca o basta arquitectura con base material en piedra y madera, lo que nos remite a tiempos pretéritos. Si accedemos al interior de los habitáculos nos es difícil tan siquiera comprender cómo, hasta hace bien pocos años, éstos podían desempeñar su función de viviendas útiles y habitables. Únicamente ciertas casonas de bastante extensión, no muy agraciadas en su mayoría, nos complacen hasta el punto de creer que el viaje no ha sido baldío ni se ha efectuado en el “túnel del tiempo”. Son propiedad de emigrantes o forasteros que, como nuevos indianos acaudalados, quieren presumir y enseñar que la prosperidad les ha favorecido en mayor grado que a los que decidieron quedarse.
Entre los lugareños de más edad aún hoy en día se puede investigar y averiguar sobre la verdad de aquéllos que permanecieron “huidos” durante unos 18 años después de finalizada la contienda civil, al amparo de estos montes a los que consiguieron establecer como “escondrijo” casi perfecto. En tierras de Odollo, Quintanilla y Pombriego, en una ruta que es surcada por la carretera, se reitera una historia, mitad mítica, de los personajes y paisajes que albergaron a estos guerrilleros. Siempre la misma disposición de los asentamientos: a un lado, el río y, a su contrario y encaramado “monte arriba”, los “carriles” (trazado de los antiguos canales de agua construidos y labrados por los romanos para abastecer y transportar el líquido imprescindible para mantener activa la impresionante explotación de oro de “Las Médulas”). Por descontado que el oro no favoreció a La Cabrera, que sólo veía cómo se iba hacia Corporales. Estos canales, en cifra de siete, fueron testigos silentes del estancamiento y retraso a través de tiempos prolongados de la Comarca.
Muy cerca, relativamente, nos esperará Puente de Domingo Flórez, capital ejerciente de los servicios atraídos por las explotaciones pizarreras y puerta y antesala del Bierzo.
LA BAÑA:
Este ya postrer pueblo de la Cabrera Baja es, quizá en cuanto a “la losa”, el más destacable de todos ya que ha ido generando en las dos últimas décadas riqueza para sus habitantes, en detrimento de su encanto natural para los viajeros. Actualmente, hasta se ha instalado aquí un helipuerto y se ha convertido, partiendo de ser un “granero” de emigrantes a tornarse en acogedor de inmigrantes o trabajadores de lugares más bien próximos.
Pero, a pesar del desastre y derribo de montañas, aún es posible realizar senderismo desde la localidad bañesa en dirección, con una larga caminata de unos 12 kms. a completar, hasta el increíble Lago de La Baña, por unas sendas dificultosas por su desnivel, situado a unos 2.000 metros de altitud, bonito donde los haya y más valorado por el sacrificio que supone la excursión.
ENCINEDO:
Antes de pasar a centrar el análisis en los municipios que se acogen al Consejo del Bierzo, cabe proceder a efectuar un resumen incompleto pero revelador de lo que nos ofrecen los núcleos que componen Encinedo.
Sin duda es innegable que en toda la Cabrera Baja el principal atractivo está en la naturaleza inmutable y el carácter afable de sus gentes, lo que en Encinedo es todavía más constatable. Y otro de los singulares accidentes geológicos se sustancia en el Lago de La Baña, declarado y reconocido como Monumento Natural.
En tanto que lista de escogidos lugares, que seguro que son más, englobados en el municipio de Encinedo están:
- Los corredores inconfundibles de Trabazos.
- Los palomares tan específicos y propios de Robledo y Quintanilla de Losada.
- Las iglesias y las imágenes santeras de Castrohinojo y Santa Eulalia.
- El conjunto monumental-artesano formado por la fragua y el molino de Ambasaguas.
- El típico y vistoso Barrio de Arriba, en Forna.
- El Museo Etnológico, costumbrista y de artes y tradiciones populares de Encinedo.
En la Cabrera Baja merecen un aparte por su necesaria visita y admiración los molinos y fraguas, ejemplos de aprovechamiento en lugares inimaginables e insospechados.
También, con una buena programación, es fundamental acceder al origen o inicio de los canales romanos que, partiendo de Santa Eulalia, van a desembalsar en las Médulas bercianas, lo que les hace alcanzar unos 100 kms. de longitud. Prueba definitiva de que ello fue así son los numerosos castros romanos que indican a las claras la existencia de poblados romanos ya en el siglo I de nuestra era, para controlar las corrientes de agua en sus conducciones.
FACTORES FILOLÓGICO-LINGÜÍSTICOS:
Lógicamente, en la actualidad, la lengua dominante es el castellano, pero con una fuerte influencia, interferencia y presencia del leonés, en su variante dialectal local genuina: el cabreirés. En menor proporción o extensión del territorio se habla un dialecto influenciado por préstamos y expresiones del gallego oriental muy relevantes, o sea, en la mayor parte de lo que se entiende como Ayuntamiento de Puente de Domingo Flórez. Es, precisamente, Castroquilame un lugar transicional, en el cual se observan y detectan tanto formas del gallego oriental como del cabreirés.
En su conformación histórica, el cabreirés es simplemente un dialecto de la familia del asturleonés. Aunque está gravemente amenazado y en lento retroceso, las iniciativas en pro de su defensa y conservación desde las distintas Administraciones de la Comarca no son en nada escasas. Se trata, por varios medios, de revitalizar el habla tradicional e histórica de la zona con actos festivo-culturales, como es el Festival Celta de Cabreira.
Según Concha Casado, estudiosa y dedicada a La Cabrera, en un trabajo documentado de campo bien orientado, se concluye que se dan divergencias notorias entre las formas y giros utilizados por los jóvenes y los modos y maneras de hablar de los nacidos en la década de los 40 del pasado siglo XX.
BENUZA:
El municipio de Benuza cuenta con 174,5 km. cuadrados de superficie total, repartida o distribuida entre valles y las colinas que lo diseñan y perfilan. El último censo agrario conocido y proporcionado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que el territorio- por usos- es de unas 72 Has. labradas o cultivadas, 2.840 Has. dedicadas a pastos permanentes y otras 1.185 Has. de especies y aprovechamientos forestales.
Ganadería: la labor y ejercicio del pastoreo continúa, aunque con menos intensidad y fuerza que antaño. En estos últimos años ha sido una reivindicación constante un Plan de continuada mejora de las infraestructuras viarias y de las vías de comunicación. El atractivo histórico, etnológico y el senderismo han propiciado y colaborado en el aumento de negocios relacionados con el turismo rural, la investigación, el estudio y la búsqueda de restos y reliquias arqueológicas, así como en el progreso paulatino en la dotación de carreteras.
LA PIZARRA:
Con el transcurso de los años, el sector primario ancestral ha dejado paso a otros más productivos. Por tanto, las actividades de siempre han quedado relegadas a un segundo plano, muchas veces complementario o accesorio. Este descubrimiento o cambio estructural ha venido justificado por el gran impulso económico en que se ha traducido la “fiebre” de apertura de canteras en los puntos más propicios en donde se presentan unos buenos filones de pizarra (que, por cierto, son decenas). Esto ha traído aparejado un aumento del nivel de vida, con los puestos de trabajo asociados y el frenazo al proceso emigratorio que duró decenios.
Indirectamente, la Declaración y Denominación como Patrimonio de la Humanidad de las Médulas por la UNESCO en 1997 ha relanzado la afición por el estudio y exploración con objeto investigador de la Zona Arqueológica de las Médulas. Como consecuencia y resultado ya son pocos los ilustrados que no han oído hablar y citar a Las Médulas, pero su transcendencia va más allá del recinto exclusivo de la explotación abarcando otras obras infraestructurales. Una entramada, complicada y completa red de canales de más de 150 kms. derivaba el agua con suficiente potencia desde los Montes Aquilianos y la Cabrera. Toda una macroobra de la ingeniería para su época con todo lo necesario: grandes depósitos, lagos o embalses, castros o poblados, cuevas, cavernas y galerías son componentes que apoyan la prioritaria labor de un conocimiento exhaustivo del enorme conglomerado de las Médulas.
Nueve son los núcleos poblacionales integrados en el Ayuntamiento de Benuza: Lomba, Llamas de Cabrera, Pombriego, Santalavilla, Sigüeya, Silván, Sotillo de Cabrera, Yebra y Benuza. Cada cual posee unos encantos y una personalidad propia.
En la Edad Media, con el advenimiento de los monjes del cercano Montes de Valdueza, se erigen monasterios y se construyen ferrerías y molinos. Esto con la inestimable facilidad que proporcionaba el río Cabrera, que surge del Lago de La Baña. A la altura e inmediaciones de Llamas de Cabrera, inesperadamente, cambia de rumbo y gira en sentido sur-suroeste. Su caudal es alimentado y engrosado debido a las generosas y constantes lluvias por períodos, durante el otoño no remitiendo hasta bien entrada la primavera y, asimismo, con las aportaciones de los ríos Silván y Benuza. Como remate, el río señero desemboca y confluye en el río Sil, en Puente de Domingo Flórez.
SEÑAS DE IDENTIDAD TURÍSTICA:
La práctica del senderismo y excursionismo nos permite descubrir verdaderas fantasías de arte cobijadas entre sus valles y montañas. Las iglesias parroquiales albergan tallas y retablos admirables de épocas remotas, apenas estudiados. Los vecinos prosiguen y recogen con alborozo los tradicionales festejos de “los santos”.
Entre todas las celebraciones y romerías, una se lleva los máximos honores- la fiesta para honra y devoción a la Virgen del Valle, patrona y protectora de toda la Cabrera-, que cada domingo posterior a la Pascua congrega a multitud de familiares y amigos de los lugareños. La Ermita de la Santísima está a mil metros de altitud y, desde este sitio tan sagrado, se alcanza a otear una magnífica panorámica, para encuadrar en postal, del valle del río Silván. Cada pueblo, como se mencionó, tiene su patrón particular al que se rinden las loas y honores preceptivos a modo de fiesta popular. Y, además, el hecho de la presencia de otras ermitas es remarcable, tales son las de Santa Elena en Lomba o la de la Virgen del Fresno en Silván, lo que refuerza y vigoriza estas costumbres religiosas.
En estas poco transitadas y generosas tierras puede aún sentirse y notarse la imborrable y perdurable huella de las Médulas y la sabiduría e imaginativa de la ingeniería romana. Comprobación sin discusión de ello es el arduo trabajo para transportar y acercar el agua impetuosa del río Cabrera al mismo frente de explotación. En las laderas de este significado río se agolparon y florecieron años y años los pueblos, al igual que los sotos de castaños y los nogales, como especies más frecuentes.
POMBRIEGO:
Esta afamada localidad se conoce por su recogida masiva de castañas, “fruto de moda” en magostos de lugares cada vez más alejados, mas que anteriormente al descubrimiento de la patata nativa de Sudamérica se constituía en un elemento imprescindible de la dieta cotidiana y de alimento corriente y general para todas las familias y animales domésticos.
En la Edad Media, en sus postrimerías, comenzaron a surgir y levantarse molinos y ferrerías en los entornos más adecuados de los ríos, que se utilizaban de manera compartida y comunal, cubriendo los destinos de frutos de las cosechas cerealísticas de una extensión que comprendía unos kms. “a la redonda”. Los monjes de la Tebaida berciana, por motivos históricos, edificaron y levantaron una ferrería, que se data entre 1749 y 1753 a la orilla del río Cabrera, hoy afortunadamente reformada y con servicio de casa rural.
Los casi 800 habitantes del municipio que moran y se desenvuelven en estos parajes, recuperando y embelleciendo las viviendas precarias del otro siglo ya agotado, se afanan en dignificar y rescatar sus costumbres. En las casas de piedra extraída del contorno, es la galería de madera la que les da más prestancia y adorna su fisonomía genuina, desafiando y retanto a las inclemencias climatológicas anuales. Los “medeiros” de paja (que imitan la figura de choza arcaica) y los colmenares tan bien adaptados al medio son sólo un recuerdo adorable del pasado. En los alrededores de Santalavilla, aparte de su bosque singular de alcornoques, se distinguen las cuevas excavadas y horadadas en la tierra arcillosa, como bodegas naturales al “aire libre”. En el intermedio de dos arroyos, la Guiana y Hortoloceños, esta población contó y acogió hasta dos monasterios durante el largo Medievo.
Con la completa y definitiva Reconquista, se inicia un proceso que, impulsado por la nobleza y el clero, lleva a una época de cierto esplendor, comparativo respecto a la penuria anterior. Es cuando los monasterios, las iglesias, los molinos,… se erigen como fiel y patente reflejo de todos estos siglos.
Se principia con una práctica más continuada y productiva de la agricultura, sobretodo de cereales de secano, que ya satisface plenamente las pretensiones de una mínima “calidad de vida”. El pastoreo empuja aún más la implantación de esta economía de subsistencia. Se busca y despunta también un incipiente comercio de trueque, con los excedentes en la vecina Galicia. Las ferias de ganado se manifiestan como referente mensual, periódico, de intercambio constante entre gentes de varias procedencias, dentro de los lugares de los alrededores más cercanos.
Desde el municipio de Benuza, más en concreto de Llamas de Cabrera, es factible dirigirnos en dirección norte y, así, acceder a Yeres donde se nos muestran las llamadas “Medulillas”.
PUENTE DE DOMINGO FLÓREZ:
Municipio, a la vez que cabecera y centro comercial de la Cabrera Baja, tiene unos 1.936 habitantes, tal vez algo más. Sus núcleos constitutivos son: Castroquilame, Puente de Domingo Flórez, Robledo de Sobrecastro, Salas de la Ribera, San Pedro de Trones, Vega de Yeres y Yeres. El territorio está un tanto desequilibrado, puesto que las dos localidades más pobladas (San Pedro de Trones y Puente de Domingo Flórez) suman un 63% del censo total. El resto de residentes se distribuye de forma desigual y heterogénea entre los demás núcleos poblacionales. Puente de Domingo Flórez, cada vez con mayor solvencia, juega el papel de centro administrativo, socioeconómico y comercial de toda la zona, reuniendo la mayoría y mejor dotados de los sevicios. Puente está disfrutando de un leve, pero nada desdeñable incremento demográfico.
En esta Región montañosa, Puente es un oasis determinado por su altitud baja, en contraste con todo lo que lo rodea. Pues la Cabrera ha quedado en el subconsciente colectivo impresa como una zona inhóspita, incomunicada y marginal, pobre por naturaleza y orografía, sin otra salida a considerar que la emigración, mereciendo el calificativo bien ilustrativo de “Las Hurdes”, bautismo ofrecido por el insigne escritor y literato berciano Ramón Carnicer. Aunque su redención y cambio de “etiqueta” ha venido dado por el vuelco originado en las dos últimas décadas con la muy socorrida y rentable explotación y laboreo de canteras. El producto, la pizarra, se extrae, elabora y corta en paquetes de finas láminas para el subsiguiente envío al mercado interior y con destino a la exportación a otros países europeos, principalmente a Francia y Alemania.
La irrupción de la industria extractiva, en un auge continuado e irreversible desde hace unos años, lleva su cruz a modo de una irreparable y sustancial degración medioambiental, peaje a pagar para que apenas exista desempleo y que los ingresos familiares disponibles logren unas cifras consideradas como “medias”, en su ámbito circundante.
La cultura, por otra parte, no avanza tan rápidamente pese a su mejora y se sitúa en un espectro más bien inferior y con potencialidad claramente mejorable.
La agricultura y ganadería han perdido su “peso específico” y en ellas se emplean lo mismo mujeres que jóvenes, secundariamente a las ganancias de la mano de obra industrial o del sector terciario.
La Cabrera Baja está en la dinámica del Grupo de Acción Local (G.A.L.) “Montañas del Teleno”, recibiendo ayudas y subvenciones considerables. En Puente se ha creado y desarrollado el Museo de la Pizarra, que se va consolidando y perfeccionando poco a poco.
Reconociendo que la red viaria y de transporte por carretera se ha aumentado en número de kms. asfaltados y en mejores condiciones, aún así el estado y mantenimiento de varias de ellas es insuficiente y, por su carácter montañoso y quebrado, los tiempos de circulación y viaje se incrementan neta e injustificadamente.
Hay que poner en perspectiva la proximidad fronteriza de Puente con la Comunidad Autónoma gallega, con la que limitan diversas localidades, lo que es palpable en la dialectología y entonación con que se expresan sus habitantes. En consecuencia, el castellano hablado y coloquial sufre una fuerte influencia del gallego, no siendo extraño escuchar expresiones, giros y típicas expresiones galaicas.
En la provincia leonesa, la Cabrera comparte con otras áreas los aspectos de espectacularidad paisajística y escasez de recursos y abandono relativo. El rápido despoblamiento, envejecimiento y pobreza comparativa, por ejemplo, que se presentan en las dos Cabreras y la Maragatería determina que la red conformada entorno a las sierras del Teleno y de la Cabrera cobije una reserva estratégica única de especies faunísticas importantes: ciervo, corzo, lobo, jabalí, garduña, gineta, nutria, trucha y nunca un número inferior a 150 especies de aves. Esta circunstancia tan singular ha aconsejado la creación y delimitación recientes de una Reserva Natural, cuyo punto de referencia y de fijación es el área influenciada por el Lago de La Baña, en la Cabrera Baja.
El tapiz vegetal que se enseñorea de todo como alfombra vegetal le da un aspecto inmejorable a estas Comarcas. A los bosques y masas forestales de robledales autóctonos se han añadido los “piares” que albergan en su espesura casi virgen unas numerosas comunidades de especies variadas. El contrapunto acentuado entre el color verde esplendoroso de las cuentas fluviales y el otro verde más atenuado de los verdes prados alternando, a veces, con altozanos o terrazas y secarrales es ideal para la vivencia de “hábitats” diferenciados y complejos con una profusión de plantas florales y con la catalogación de veinte endemismos, como mínimo.
Los nativos de Puente de Domingo Flórez sienten y quieren a la Cabrera, eso es evidente. Con sus 381 metros de altitud es una de las pocas áreas con tierras más bajas de toda la provincia.
LUGARES DIGNOS DE VISITA:
- Vega de Yeres, pueblo caminero, dispuesto a todo lo largo de una sola calle.
- Castroquilame, con una sobrecogedora sucesión de montañas que lo rodean como si fuera una plaza porticada.
- En la ladera opuesta, de enfrente, Robledo de Sobrecastro con sus tres barrios de Fondo de Vila, de Campelo y de la Lomba, claramente distinguibles.
- En Castroquilame, como curiosidad agraria, no es extraño el cultivo de limoneros, granados, melocotoneros, pavías,… debido a su orientación y clima especial.
- Los palomares de piedra, circulares, con un tejado de una sola vertiente espaciados y habituales.
- El cementerio de Pombriego (en Benuza). Este pueblo tan caracterizado nos invita a recorrer unos cuatrocientos metros entre chopos, cipreses y manzanos, disfrutando de la lontananza del rumor de la caída del agua en regueros, a través de los prados, en la esperanza de alcanzar la entrada de la “Ferraría” y de observar sus mecanismos y su probable funcionamiento. Una nota peculiar de la mayoría de casas de Pombriego es la previsión de una “gatera” y el recuerdo retrospectivo de “los huidos”.
RACIONALIZACIÓN DEL SECTOR LOSERO:
Bierzo Natura llama la atención y denuncia el silencio casi sepulcral que concita el “uso consolidado” de soltar el agua terrosa de las balsas de depósitos y productos de la actividad pizarrera, directamente a los cursos de agua. La práctica es sabida por casi todos pues las truchas ya no saltan alegremente como la mayoría recordamos.
Se ha de vigilar, inspeccionar y exigir la habilitación de una depuradora en cada cantera- si no, los arroyos y ríos se ensucian, obturan y contaminan.
MARCELINO B. TABOADA
Conoceis la comarca leonesa del Vendrel?
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