viernes, 25 de julio de 2008

ANCARES I I
Escudo de Burbia
HISTORIA Y PATRIMONIO:
En el año 791, en una localización no determinada de la zona de Burbia, se produjo una batalla entre el califa Hixam I y las tropas de Bermudo I de Asturias, como contendientes.
Posteriormente, en ciertos momentos, se consideró al Burbia como línea fronteriza entre los reinos de Galicia y León.
Las construcciones son típicas, con materiales autóctonos, a base de piedra berroqueña o granítica, pizarra y corredores de madera. Son interesantes, asimismo, los molinos, hornos, restos de pallozas y la iglesia, ermita y puente romano.
En una explotación aurífera del contorno, los romanos utilizaron en su explotación la misma técnica que en Las Médulas.
Respecto a lo que originariamente fueron Ancares, o valle correspondiente, se ha de indicar que se sabe que estaban habitados desde la prehistoria, como lo confirman los castros celtas de Espinareda de Ancares. Los romanos nos legaron vestigios de explotación aurífera en el Puerto de Lumeras.
Como variante de hórreo, las características distintivas del ancarés estriban en que es de planta cuadrada, pared de madera y cubierto de paja trillada.
Como elemento histórico-artístico es de relevancia la Iglesia parroquial de Suárbol por su originalidad en cuanto a solución arquitectónica, ya que conjuga el estilo barroco clasicista con elementos de raigambre tradicional, en buena armonía. Está declarada Bien de Interés Cultural desde marzo de 1995.
En conjunto, todo el ámbito mencionado constituye un área enigmática y, en cierto modo, arcaica por su secular aislamiento. Se nota, nítidamente, la autarquía en que se vivía como corolario del retraso económico-social.
Dentro de otras manifestaciones con méritos para visitar se pueden citar: los vestigios de las minas de oro de Pereda de Ancares, construcciones interesantes con pizarra, el manantial de agua ferruginosa de la Peña del Coutelo (curativas del reúma y la anemia), la ferrería de finales del S. XIX de las afueras de Tejedo en tránsito hacia Balouta,...
Otros ejemplos del rico patrimonio etnocultural son las casas nobiliarias con escudo de Suárbol (pueblo nuevo, reconstruido tras un incendio en 1957); las pallozas, fruto de los inviernos crudos, incluso de incomunicación, cuya datación se discute si es celta o medieval y que se conservan en la aldea de Balouta; un molino de agua en pleno uso a la entrada de Tejedo; la devocional Ermita de la Magdalena, a escasos kms. de Tejedo en dirección a Balouta,...

Las pallozas mejor conservadas se conservan en Burbia y hasta hace poco habia teixadores,que eran los que realizaban las cubiertas de paja.

COSTUMBRES Y CURIOSIDADES:
Las “pallozas”: al tener que recluirse el invierno en ellas semanas enteras, animales y personas se proporcionaban calor. Así, la distribución del hábitat solía ser con la estancia principal (cocina) provista de “lume de lareira” y “escanos”. A la entrada, la despensa era una “paneira”. Para acceder a la alcoba se servían de una escalera y en el dormitorio era habitual contar con “arcas y armarios” para el cuidado de la ropa y enseres. Mas reciente es la habilitación del espacio entre el tejado y el techo como “fallado” o “fallo” para almacenar la hierba o heno seco y, así, poder alimentar al ganado los duros y crudos tiempos de invierno. La “facenda” (animales) compartía un aparte con las personas, apenas dividido por medio de unas tablas.
Los “teitadores” y “canteiros” eran unas profesiones apreciadas y hoy en día en franco declive. El “cuelmo” de centeno era fabricado con haces resistentes (“do couce” de la paja), se mojaba y batía. El trenzado exigía especial pericia.
Otras formas de adaptación a la naturaleza eran las neveras para mantener la carne en buen estado, las colmenas rodeadas de “cortines” en previsión del ataque del oso, los cierres (lindeiros) de las propiedades con una pared de piedra, las puertas de “cuarterón” con dos cuadernas o los ventanucos reducidos para que no entrara a “pulva” (agua nieve).
La distribución de la tierra en muchos trozos separados entre sí determina unos usos especiales, entre otros las servidumbres de paso a las fincas que tenían una casuística específica según fueran para pastar, para recolectar los frutos,...Se ha de hacer constar que el fundamental recurso era el ganado.
Para concluir, se van a esbozar dos cuestiones que me llamaron poderosamente la atención:
“Pretender”: cuando un rapaz y moza intimaban en fiestas y ferias y, después de un tiempo prudencial, el galán iba a “pretender”. Para ello, en una caballería y bien pertrechado, se dirigía a casa de su novia para avenir, acompañado de un hombre cabal y competente. En las conversaciones, se trataba de la hacienda (“posibles”) del mancebo, de sus cualidades, de las familias y, al final, el padre de la muchacha daba o no su visto bueno. Este sistema (matriarcal) funcionaba, a base de unir más bien las escasas posibilidades de “buen vivir” en un medio deprimido.
Otra apreciación personal es el omnipresente “gaiteiro”, figura imprescindible en cualquier clase de celebración. Era el animador que era inseparable de la Virgen en las Romerías, sencillas pero de gran raigambre popular y en las que no eran extrañas las “promesas” al santo o santa que había que cumplir.
Por último, una nota no determinante en diferenciación entre Burbia y Candín consiste en que en la primera la influencia gallega es indudable, mientras que en la segunda las transferencias asturianas, gallegas y castellanas son complementarias (Dámaso Alonso)

La plaza de Burbia


El pueblo de Burbia

Localidad situada a 910 m. de altitud y que tiene un censo de 110 habitantes. Lleva la denominación del río que la cruza. Una característica reseñable es que no tiene comunicación posible con la vecina Galicia pues la barrera que suponen los Picos de Corno Maldito (1.830m.) y Mustellar (1.935) es casi infranqueable. Entre estos dos picos nace el río Burbia, a 1.540 m. de altura.
Es un lugar estratégico pues el hecho de estar protegido por las montañas y con la barrera fluvial lo hace apto para una buena defensa. Cerca se cree que un asentamiento castreño y romano fue el precedente del actual emplazamiento.
Vega de Espinareda encuadrada en un bello marco natural
Yendo por la carretera LE-711 y, poco antes de llegar a Vega de Espinareda, podemos contemplar el Monasterio de San Andrés, excelente exponente de estilo neoclásico. Adentrándonos en la población, atravesamos el río Cúa y, a la izquierda, comienza una carretera cada vez más difícil y angosta que, pasando por Valle de Finolledo, San Martín y Penoselo, nos llevará hasta Burbia al cabo de 25 kms.
Vega de Espinareda es, pues, la puerta de entrada a Tres Valles: Burbia, Ancares y Forniella
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Mirador en Vega de Espinareda



Desde este mirador en el alto de Lumeras se divisa el pequeño pueblecito de Villalbon,que estaba abandonado y ahora comienzan a recuperarlo.Tambien estan arregalnado la sinuaosa carretera a
CANDÍN:
Se encuentra en la Reserva de Ancares. Hasta la década de los 60 del pasado siglo era conocido en exclusiva con el topónimo del río Ancares. Ahora bien, esta denominación se fue extendiendo a una zona cada vez más amplia, tomando la Sierra cercana su nombre.
Todos los afluentes, riachuelos, manantiales, regueros,... van a engrosar el río principal.
Candín es un municipio despoblado, con sólo 425 residentes. Y ello contando con otros núcleos: Lumeras, Villasumil, Sorbeira, Suertes, Espinareda de Ancares, Pereda de Ancares, Tejedo de Ancares, Balouta y Suárbol. Villarbón está abandonado.
Es una solución idílica para todo aquél que necesite descansar, rodeado de paisajes increíbles y gozando de una gastronomía saludable y artesanal.
RUTAS:
Una vez instalados en Burbia, es inexcusable realizar una excursión a pie hasta Aira da Pedra, descendiendo y tomando como referencia el cauce fluvial. Una vez en Aira da Pedra, por un camino no exento de dificultad por la pendiente, se va a Campo del Agua, conocido por sus “pallozas”, restauradas a raíz de un incendio producido en 1989. Aparte de esto, hay que considerar que era un sitio adecuado para llevar a cabo una “trashumancia” local, pues los rebaños permanecían en Aira da Pedra y en verano se desplazaban a zonas altas en busca de mejores pastos, a las “brañas”.
Para el retorno, nada mejor que bajar nuevamente a Burbia utilizando un camino empedrado.
Los más arriesgados y expertos montañeros pueden intentar la remontada del Pico Cuiña desde Burbia, dejando atrás la Cabaña del Carpintero. Según se va progresando es digno de observar el Mustellar que se avista a nuestra izquierda.
No se puede uno olvidar del río si es amante de la pesca, ya que sus truchas son excelentes. En el trayecto del curso fluvial- cuya anchura media es de 10 m. entre Burbia y Villafranca (donde se le une el Valcarce)- se ve cómo en las partes superiores del recorrido el fondo está ocupado por pedrizas y gravas. Y en las partes inferiores predomina la gravilla.
De Candín se puede iniciar la caminata a pie por una senda en dirección al Río Seco y al Pico Mirandelo. En el que se encuentra un árbol monumenal un castaño que lleva el mismo nombre que el pico ,Mirandelo desde el Mirandelo se divisa gran parte del Bierzo.
Cabe encontrar un camino dificultoso y de cuesta que fue durante mucho tiempo la única posibilidad de conexión entre Candín y Burbia.

Los Ancares son Reserva nacional de Caza




Desde Bierzo Natura deseamos que sea zona protegída y se protejan a los animales que en esta zona viven.
No vemos ala caza como un deporte,matar por matar,en algun tiempo era necesario para poder comer ,pero hoy en día,no tiene sentido y con esto no queremos herir los sentimientos de nadie.
Pero los animales estan en clara desventaja,y muchos en peligro de extinción y se hace la vista gorda.


Puerto de Lumeras a mitad de camino entre Vega de Espinareda y Candin.
FLORA: Castaños milenarios, algunos bosques de frondosas o robles, ciertos endemismos. En la ribera de ríos o en las profundidades de los valles, bosques de galería: alisos, sauces,... Acebos, hayas, tojos y abedules, al disponer de abundante humedad, así como brezales, matojos, enebros, arándanos, fragas,...
FAUNA: Jabalí, corzo, desmán cantábrico, truchas pequeñas y sabrosas, perdiz, águilas reales, el azor, liebres, conejos, nutrias, el rebeco o el urogallo -cuya caza está prohibida por su protección por peligro de extinción-,... son claras muestras del ecosistema peculiar montañés.
GASTRONOMÍA:
Productos de la matanza casera, ricas carnes de la ganadería autóctona, caldo gallego, truchas, perdiz, conejo de monte, embutidos artesanales, cabrito, variedad de carnes rojas (lomo, chuletas,...), leche frita, requesón, miel, castañas asadas, cecina, patatas con bacalao, “espiñazo” de cerdo, “cachola”, tarta de nueces,... En las celebraciones era de rigor organizar una abundante “cachelada” con pulpo. Como complemento, se tomaba el aguardiente de “arandos” con el café, un digestivo estomacal potente.
Artículo realizado por:
MARCELINO B. TABOADA









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