AMENAZAS, PANDEMIAS, GRIPE A
El hombre se encuentra en la pirámide de la evolución natural de tal forma que, no controlando las leyes de la naturaleza, acelera, dirige o, más bien, desplaza los equilibrios en el medio ambiente provocando descontroles o consecuencias indeseables que pueden, llegados a ciertos extremos, influir en la biodiversidad, en la sostenibilidad y en la cantidad y calidad de su propia vida. Por ello, cabe delimitar tanto las amenazas globales en nuestro planeta, como las pandemias que enferman irremisiblemente a la población de las regiones más pobres y debatir sobre la polémica generada y alimentada por los medios de comunicación de masas sobre la gripe “porcina” o norteamericana.
AMENAZAS:
Según lo que ya es compartido por toda la comunidad científica, los factores que podrían cambiar el mundo y el destino humano son tres: el denominado “choque de civilizaciones”, el cambio climático y una guerra nuclear.
Como “choque de civilizaciones” hay que entender una guerra ideológica de los fundamentalismos religiosos y, más en concreto, entre los integrismos de las tres religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islamismo. El conflicto árabe-israelí lleva décadas envenenando las relaciones internacionales. La única medida para corregir este desencuentro sería que la ONU tomara en serio lo de “la Alianza de las Civilizaciones” y, lo que es más concluyente, una campaña masiva por todos los canales, con la educación por bandera, para fomentar la tolerancia y la interculturalidad.
El cambio climático ya muestra sus primeras repercusiones y lo más grave es que va a ser un problema de siglos, que se retroalimentará y multiplicará las catástrofes progresivamente. Los niveles globales en la atmósfera de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso se han incrementado notablemente desde el comienzo de la revolución industrial, a mediados del siglo XVII.
El calentamiento y aceleración del sistema interviniente en la conformación del clima es ya indiscutible y se constata la evidencia de aumentos de la temperatura media en la biosfera, del aire atmosférico y del agua de los océanos que se está generalizando. La subida del nivel del mar es un dato ya de inestabilidad e irreversible.
La tercera amenaza es, lógicamente, una guerra nuclear regional o universal. Si bien se recomienda el uso de la energía nuclear para proveer de electricidad (con fines pacíficos) y, en un tiempo próximo, el consumo del hidrógeno para el transporte, el riesgo real es lo que se llama aplicar “tecnologías de doble uso”. De tal manera que siempre se daría la tentación de la transferencia de parte de los conocimientos científicos en Física Nuclear hacia el ámbito militar o bélico.
El caso de Irán sería el prototípico si se comprueba el enmascaramiento de experimentos nucleares con fines defensivos o agresivos.
Los últimos años han supuesto un relanzamiento en la construcción o intenciones de crear nuevas centrales nucleares en varios países: en Estados Unidos, además de la confirmación de la continuidad del programa nuclear de la República Popular China, de la República de Corea, de India, de Japón y de Rusia. Otros países del Norte de África y del Golfo Pérsico han iniciado estudios previos para adquisición de tecnología nuclear.
PANDEMIAS:
El triste ránking “Top10” de las graves plagas que padece la humanidad no incluye algunas de las más habituales en las naciones más avanzadas del mundo occidental, lo cual quiere decir que también hay una descompensación hacia los países en desarrollo en este espacio de los sufrimientos y enfermedades.
El primer lugar lo ocupan las “hambrunas” recurrentes en diversas regiones subdesarrolladas. El contraste se da en la estadística de que el 20% de los niños americanos son obesos. El hambre mata, directa o indirectamente, cada día más de nueve veces más que el recuento de todos los fallecidos en las Torres Gemelas.
Siguiendo por orden de morbilidad y mortalidad, se sitúa el SIDA. Unas, aproximadamente, 33 millones de personas conviven con el VIH, que se contagia mediante los fluidos corporales. Los cálculos indican que 68 millones de seres humanos morirán entre el 2001 y el 2010, a consecuencia de esta enfermedad “incurable”. Casi 7000 personas contraen el SIDA diariamente.
El tercer puesto es para la malaria, una enfermedad tropical.
La mitad de la población mundial, 3300 millones de habitantes, tiene el peligro de adquirirla. Es inoculada en los sujetos humanos por unos mosquitos. Anualmente, entorno a un millón de personas fallecen por esta causa o por el paludismo, en su mayor parte menores de cinco años.
El cuarto escalón lo merece la tuberculosis:
Una tercera parte de la humanidad, más de 2000 millones de individuos, está afectado e infectado por esta bacteria productora de tuberculosis que repercute, ante todo, en los pulmones. Unos nueve millones de seres humanos desarrollan la condición de “positivos” cada año. Su sistema inmunitario se debilita y flaquea y, por ello, están más expuestos los enfermos y las embarazadas.
El quinto escalón es asignado a la gripe común:
La gripe estacional normal se instala en el organismo de entre tres y cinco millones de personas anualmente a lo largo del mundo. En oposición a otras patologías, es más usual en las economías desarrolladas. En el terminado Siglo XX se conocen tres “picos” peligrosos: en 1918, la gripe española, cuya consecuencia fue la mortandad de 50 millones de humanos; en 1957, la gripe asiática, acabó con la vida de dos millones y la de 1968, la gripe hongkonesa, con un balance de entre un y tres millones de muertos.
La sexta pandemia es ya antigua en el tiempo: el cólera.
Es una infección de carácter diarreico agudo que suele proceder de zonas con agua contaminada, que son víctimas de inundaciones y donde no se utilizan pautas higiénicas adecuadas. Es posible que lleven a la muerte a adultos saludables en horas por deshidratación rápida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que existe la probabilidad de que millones de personas se infecten por cólera al año.
El séptimo lugar clasificatorio le corresponde a las Hepatitis B y C:
HEPATITIS B
Esta infección viral ataca al hígado, de ella están contagiados dos millones de individuos en todo el mundo, 600.000 de los que no alcanzan a sobrevivir un año. Se expande con el mecanismo del SIDA y sí que se previene totalmente con la vacunación.
La Hepatitis C afecta a entre tres y cuatro millones de personas por año, ante todo por contacto directo con la sangre. No se dispone de vacuna contra ella, siendo así una de las más habituales causas de hepatitis aguda y otras patologías hepáticas crónicas como la cirrosis y el cáncer de hígado.
El octavo puesto de tan nefasta lista lo ocupa la fiebre del “dengue”:
Es la dolencia tropical más ampliamente extendida, después de la malaria. Al igual que ésta sus transmisores son los mosquitos.
En su presentación más severa, es capaz de desencadenar una hemorragia general y, en consecuencia, la muerte.
El riesgo o probabilidad de desarrollarla afecta a unos 2500 millones de personas, es decir, a dos quintos en proporción del total de población mundial. En conclusiones de la OMS, es en los ámbitos urbanos de las áreas tropicales y subtropicales donde se manifiesta más alarmantemente, infectando a unos 50 millones anuales, no contando aún con un tratamiento específico.
Fiebre amarilla:
Constituye la novena enfermedad en causa de decesos al año. Se le dio este nombre ilustrativo por la ictericia con que se acompaña en algunos pacientes.
Es de condición viral causando la muerte de una media de 82 personas diariamente. Unos 33 países africanos, con un censo poblacional conjunto de más de 500 millones de habitantes están declarados zonas de “riesgo”. Es endémica, asimismo, en nueve países sudamericanos y en algunas islas del Caribe.
Meningitis:
Esta infección bacteriana completa la lista. Es potencialmente letal, atacando a la sustancia que recubre el cerebro y a la médula espinal. La meningitis es “típica” del África subsahariana, donde un brote produjo el fallecimiento de más de 25000 habitantes en 1996. Sí que se han conseguido vacunas para inmunizar a los posibles afectados. UNICEF ha declarado hace escasos meses que más de 2500 personas murieron en Nigeria, Níger, Burkina Faso y Chad, sólo en el primer cuatrimestre de 2009.
En cuanto a las secuelas subsiguientes, se manifiestan en un 20% de los enfermos supervivientes en forma de daño cerebral, pérdida de audición y retraso en la capacidad de aprendizaje.
GRIPES (GRIPE A)
En las pasadas centurias varias pandemias de “influenza” ha sufrido el mundo. En concreto, en el S. XX tuvieron un efecto devastador tres: la más importante, la de 1918 a 1919. Recientemente, se han catalogado dos períodos peligrosos (1997-1999, 2003 y principios de 2004).
A partir del 2004 se desencadenó una nueva gripe (“la aviaria”) que originó varios casos de gravedad en humanos. El virus que la desencadenaba era el A/H5N1, bastante heterogéneo y con una tasa de mortalidad (75%) exagerada en Vietnam y Tailandia.
Las pandemias de influenza son definidas como brotes globales y distribuidos entre muchos países, con novedosos subtipos antigénicos y una tasa de mortalidad excepcionalmente elevada, para tratarse de gripe.
Los virus de “influenza” aviaria han sido recepcionados por cerdos, caballos y mamíferos marinos y, a pesar de que humanos y primates sean susceptibles de infectarse, tienen la ventaja de ser huéspedes con poca capacidad de duplicación ( los virus).
En humanos el “lapsus” de incubación de la influenza está entre uno y cuatro días. La influenza simple, sin complicaciones, tiene una serie de signos sintomáticos: fiebre, cefalea, mialgias, malestar general, tos no productiva, faringitis y rinitis. En la infancia se observan también otros síntomas: otitis media, náusea y vómitos.
En algunos pacientes la influenza coadyuva a agravar enfermedades subyacentes de tipo cardíaco, episodios de complicaciones como la neumonía viral primaria o la bacteriana secundaria, que obligan a la hospitalización de personas menores de un año o mayores de 65 siempre.
Antes de hacer ya un pequeño tratamiento expositivo de la gripe A se ha de constatar que el “oseltamivir”, profármaco utilizado como antiviral selectivo en el padecimiento de gripe A, ya se empleó anteriormente contra las dos variedades de influenza, la A y la B.
GRIPE A:
El virus actual ha mutado significativamente e, incluso, ha mostrado resistencia al no ser eficazmente atacado por los dos productos farmacéuticos hasta ahora más socorridos: la amantadina y la rimantadina. Estos remedios sí eran efectivos, sin embargo, con las otras cepas variantes como quimioprofilaxis de esos tipos y subtipos del virus de la “influenza” A.
Los tratamientos efectivos vienen relacionados con dos factores, o bien son inhibidores de M2 (adamantanos) o derivados de la amantadina: rimantadina y amantadina. Por otro lado, servirían como recomendables los inhibidores de las neuraminidasas, en sus dos opciones: el oseltamivir y el zanamivir.
El oseltamivir es un preparado bajo licencia de la multinacional Hoffmann-La Roche, que se empleó profusamente en la epidemia de gripe aviar del Sudeste asiático en contra la influenza denotada como A/H5N1. Ha surtido efecto con éxito para afrontar la nueva influenza de virus A/H1N1.
No obstante admitir la OMS a la “gripe A” como pandemia, se ha de señalar que la última tasa oficial de muertos frente a casos comprobados es de únicamente un 0,57%, la mitad de la estimada en un intervalo de veinte años para España (1980-1999) por la gripe común.
Incluso con esta baja tasa de mortalidad, es necesario aludir a los efectos secundarios que, a veces, ocasiona el tratamiento medicamentoso: náuseas, cefalea, bronquitis (bronquitis aguda), infecciones del tracto respiratorio superior, insomnio, rinorrea, tos, vértigo, mareo, vómitos, dolor abdominal, diarrea, neumonía, sinusitis, bronquitis, otitis media, linfadenopatía, asma (y su agravamiento), epistaxis, conjuntivitis, trastornos del oído y de la membrana timpánica, dermatitis,…
SUSPICACIAS:
Respecto a la génesis de la epidemia, convertida posteriormente en pandemia, se relata que, cuando la televisión mejicana hablaba de más de un centenar de infectados, sólo se habían dado como ciertos en laboratorio 7 casos. Y ellos serían casos anecdóticos, como había acontecido anteriormente ya con la “gripe aviar” que sólo ocasionó la muerte a 67 personas en ocho años.
La salud al “albur” de multinacionales:
Donal Rumsfeld, Secretario de Defensa y artífice de la “Guerra de Irak”, se convierte en Consejero de la transnacional farmacéutica GILEAD que, a su vez, mantiene un acuerdo con Roche que, presuntamente, enriquecería a Rumsfeld.
Asimismo, a esta gripe se la ha bautizado como “cochina”. El motivo es el de haberse engendrado en Veracruz, destacada localidad mexicana en la que se ubicaba una explotación industrial porcina con miles de cerdos hacinados y apilados en naves de almacén repletas de excrementos, con una atmósfera irrespirable y enfermiza. Si se tiene en cuenta que los cerdos sufrían, para colmo, el contacto con aves de criadero y silvestres, ya se dan las condiciones idóneas para la explosión del brote y la recombinación de cepas de virus.
Todavía hay más circunstancias sospechosas: Roche Holding AG y Glaxo-Smith Kline son las que tienen la patente de los archiconocidos Tamiflu y Relenza.
Si se parte de que el mercado mundial de fármacos mueve anualmente unos 700000 millones de dólares y que el propietario de la licencia de patente de la vacuna contra la Gripe A es el mismísimo Donald Rumsfeld, ex-ministro del ex-Presidente Bush, hay algo que intranquiliza.
Al contrario, lo que resulta confortante es el recuento de fallecidos hasta agosto del 2009 por la cepa vírica H1N1: EE. UU. 4556, Paraguay 19, Méjico 184, Bolivia 2, Argentina 439, Perú 80, Brasil 557, Chile 130, Ecuador 44, Gran Bretaña 9,… Muy poco comparable con los 36000 pacientes que morirán este mismo año en Estados Unidos por contagios de gripe común, por ejemplo.
DIFERENTE MANIFESTACIÓN DE LA GRIPE A:
En la gripe A la fiebre se dispara más rápidamente.La congestión nasal casi nunca es síntoma. La A/H1N1 presenta un cuadro de molestias más leve y más corto en el tiempo. Genera dolor de cabeza más intenso que en la gripe común, así como un apreciable dolor muscular, un cansancio casi absoluto, una tos seca (sin expectoración) y continua. Otros indicadores de probabilidad de Gripe A son ardor de ojos intenso, escalofríos frecuentes y repetidos y una remisión de los síntomas en pocos días.
MARCELINO B. TABOADA