lunes, 8 de febrero de 2010

ÁRBOLES MONUMENTALES DE PONFERRADA (I)

Ponferrada se caracteriza por ser un municipio bastante extenso e incluir en su territorio al menos una docena de especies botánicas, que se pueden calificar como singulares o monumentales, por sus cualidades específicas o especiales.
Entre los ejemplares a destacar, los tenemos de diversas especies:


EL TEJO DE SAN CRISTÓBAL DE VALDUEZA:
La Junta de Castilla y León decidió crear en el año 1991, mediante la publicación de la L. 8/1991 de 10 de mayo, el denominado “Catálogo de Especímenes Vegetales de Singular Relevancia de la Comunidad”, regulando y estableciendo así una figura de protección para determinados exponentes resaltables de distintas especies arbóreas. Y, entre ellos y por sus cualidades notorias, el listado contenía al Tejo de San Cristóbal, incorporándose de esta manera a un Catálogo formado en virtud del desarrollo normativo y contenido en el Decreto subsiguiente.
Este milenario tejo está ubicado en la capital de la región de El Bierzo, zona que presenta una gran riqueza medioambiental y en diversidad, existiendo numerosos árboles relevantes, no simplemente por su valor monumental o paisajístico sino por ser fiel reflejo de la pluralidad y amplio valor cultural en el ámbito patrimonial berciano.
El Tejo, como ser vivo simbólico, ha sido admirado y reconocido como un árbol sagrado en El Bierzo y en otros lugares, asociándolo o vinculándolo a sitios destinados al culto religioso ancestral, como es también en este caso. Por ello, se encuentra en un enclave panorámico privilegiado: en el camposanto de la localidad o pueblo de San Cristóbal, unido en conjunto a la antigua ermita en estado semirruinoso y como vigía sempiterno de la “hoya berciana”. Desde su posición, ha tenido que ser testigo silente del paso de muchas gentes, culturas y costumbres variadas. Es considerado como un vestigio-reliquia, como auténtico monumento vivo e imprescindible, constituyendo un identificador de toda la Pedanía de San Cristóbal.
Sobre la longevidad que puede alcanzar este emblemático árbol se ha de afirmar que, con toda la probabilidad, superaría los 2000 años. En relación a referencias recientes, se ha de remarcar que ya era mencionado en el “Diccionario Geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar” (1846-1850), obra de P. Madoz y de L. Sagasti.

FICHA TÉCNICA:
Su nombre científico es el de “Taxus baccata”. Sus dimensiones son, más bien, de considerable medida: con una altura de 14,5 m., un perímetro en la cota de tronco a los 1,30 m. sobre el suelo de 4,80 m. y, a nivel de pie de base, de 7,50m. Asimismo, el diámetro máximo de su copa es de unos 17,87m. Está en la lista de “Especímenes Vegetales de Singular Relevancia”, conforme al Catálogo elaborado e inserto en el Anexo al D. 63/2003, de 22 de mayo, regulador de estas declaraciones por parte de la Junta de Castilla y León.
El Tejo, conocido de otro modo en otras áreas de El Bierzo como “teixo”, se ha conservado en diferentes puntos y casi siempre en las inmediaciones de recintos sagrados, como las iglesias y cementerios. Los más famosos y reconocidos son los de Compludo, Teixeira, Pradela, Villafeile (o Vilafeile), Salientes, Matalavilla y Noceda de Cabrera. Como curiosidad anecdotaria se ha de aludir a la recuperación y proliferación de tejos en la vecina Asturias, al lado de las ermitas como intento tardío de mantener y conservar esta costumbre tan tradicional.
El Tejo de San Cristóbal se halla a la misma entrada del pueblo, yendo desde la ciudad de Ponferrada, en la Finca llamada “El Palomar”. Su estado de conservación y vitalidad ha sido calificado de aceptable. Y en cuanto a semejanzas cabe concluir en que, tanto el ciprés como el tejo, comparten varias señas de identidad en común: ser totémicas representaciones de la inmortalidad, y ello en todo el Occidente europeo y más allá, siendo los más “a propósito” en cualquier inhumación de los difuntos.
Su transcendencia aún se puede patentizar en nuestros días. Así, una nota demostrativa de ello es que su influencia inconsciente sobre las gentes de San Cristóbal es visible en la actualidad: la cantidad de establecimientos turísticos de la localidad que aprovechan o se nombran con la palabra tejo son, más que numerosos significativos, como por ejemplo la Casa de Turismo Rural “El Tejo Milenario” y el “Mesón El Tejo”.

CREENCIA POPULAR:
Este árbol, cuyo crecimiento es lento y pausado compensándose con una vasta longevidad y durabilidad, se compone de una madera y tronco duros y elásticos a la vez, utilizándose en la antigüedad como un buen material para fabricar y componer arcos.
Se avisa y previene respecto a su toxicidad, hasta incluso sus semillas, con la salvedad de una especie de arilo rojizo que las rodea. Este fruto encarnado es de sabor bastante dulce y de viscosidad notable, sirviendo como aperitivo en la dieta de aves rapaces de algunos pueblos del sur de Ponferrada.
Las aves separan con un cuidado exquisito la dura e impenetrable semilla que contenía. De ahí que muestre la tradición la convicción de que, si se desea que la semilla germine, anteriormente tiene que fermentar y ablandarse o “cocer” en el “botillo” o vientre de un malvís, un mirlo o una cotorra.


EL EVÓNIMO DE RIMOR:
En Rimor, algunos dicen que a falta de un ciprés, sus habitantes colocaron en el interior de su cementerio un evónimo, más específicamente en el careo sur de la iglesia de San Jorge. Nadie es capaz de suponer, a ciencia cierta, cuándo pudo ser plantado. Lo realmente importante es que todos le prodigan cariño: en sus primeros inicios, por el fruto colorado-encarnado con que teñía el suelo del espacio sagrado y, ahora, por su aspecto llamativo de encorvamiento.
CUIDADOS Y TRATAMIENTOS:
Este evónimo exótico japonés es un interesante y atractivo ejemplar. A partir de los años sesenta, fue ladeándose para, seguidamente, comenzar a arquearse en un proceso casi irreversible.
En enero del año 2004, “A Morteira”, Asociación conservacionista, se implicó en las labores de limpieza, desbroce y eliminación de la vegetación que había invadido y tapado el entorno del evónimo, siendo varios los vecinos que ofrecieron su trabajo y colaboración, cuando los frutos enrojecidos y ostensibles ocupaban, como cada invierno, parte del cementerio.
En mayo del 2005, “A Morteira”, con el auxilio de técnicos del Departamento de Árboles de la Diputación de Valencia, con la inestimable ayuda de vecinos de Rimor, procedieron a efectuar tareas de poda y consolidación del evónimo.
La urgencia de la actuación vino derivada por la rotura que sufrió el excepcional ejemplar a causa del peso acumulado por la nieve caída en Navidad.
A juicio del reputado botánico Bernabé Moya, el evónimo estaba en una fase de peligro inminente de pérdida total, como consecuencia de los graves daños estructurales que se observaban.
Finalmente, en el año 2007, la por entonces Edil de Medio Ambiente del Consistorio ponferradino, Teresa Gª Magaz, prometió que de parte del Ayuntamiento se realizaría el acotado del evónimo de Rimor.
Fue, en esta ocasión, cuando el Colectivo “A Morteira” reclamó por enésima vez a la Concejalía de Medio Ambiente el inicio del proceso para la aprobación de la Ordenanza Municipal de Protección del Arbolado de Interés Local.

DATOS TÉCNICOS:
La especie es nombrada habitualmente como “Bonetero del Japón” (Euonymus japonicus). El perímetro troncal es de 0,98 m., la altura del tronco desde superficie es de 1,90 m., la dimensión longitudinal del tronco de unos 4,80 m. y la altura global o total del árbol, de unos 4,50 m.


EL CEDRO DEL INCIENSO DE CAMPO (FINCA VALDÉS)
GENERALIDADES:
Este árbol puede lograr crecer hasta los 40 m. de altura, con la copa redondeada de alguna forma, bastante cerrada. Su corteza es delgada, suave y lisa y de color gris-verde.
Se da un aspecto diferencial según la edad: en los ejemplares jóvenes, la corteza va desde la tonalidad canela a rojiza y, superficialmente, es escamosa o rugosa. En los árboles viejos, sin embargo, la corteza es de un grueso de entre 3 y 8 pulgadas y su color es variable, yendo desde el pardo-amarillento hasta el rojo-canela. Su textura, en esta edad avanzada, es fibrosa en toda su profundidad, hallándose irregularmente surcada con un tipo de hendiduras longitudinales, en el contorno, o bien en disposición de placas aplanadas. Es una especie botánica de gran interés ornamental. Debido a esta cualidad, se ha extendido por EE. UU. y en Europa, fundamentalmente la variedad “compacta Beiss”.
La Finca Valdés está “situada en las inmediaciones de la localidad ponferradina de Campo” y se considera, en muchos aspectos, el símbolo o manifestación de la gran herencia que, hace más de treinta años, legó el hombre especial que fue Miguel Fustegueras, “Valdés” popularmente.
En sus disposiciones testamentarias, ordenaba la enajenación de todas sus fincas y bienes inmuebles, a fin y objeto de que fuera construida una Residencia para los ancianos.
Pues bien, en el simulacro de jardín botánico y arboreto en que se transformó la “Finca Valdés”, se reúnen un buen abanico de especies arbóreas: pinos piñoneros, olivos, encinas, arces, madroños, palmeras, magnolios, laureles,… Y, entre todas ellas, se alza majestuoso el Cedro de California o del Incienso.

DATOS TÉCNICOS:
La especie concreta es de Cedro blanco de California (“Celocedrus decurrens”). Su altura total es de unos 31,20 m. Sus dimensiones perimetrales son de 3 m. en la parte basal y de unos 2,55 m. a la distancia de 1,30 m. sobre tierra.

MARCELINO B. TABOADA