"La república independiente
de El Bierzo"
El Bierzo es un mundo singular. Una hoya de unos 60 kilómetros de diámetro amurallada completamente por montañas. Con razón el padre Enrique Florez, el historiador oficial del rey Fernando VI, dejó escrito: “Nadie puede entrar en él sino bajando". Este aislamiento secular, unido a las bondades de un microclima muy benévolo, le convirtieron en una zona rica pero muy endogámica, con características diferentes al resto de León. Incluso llegó a ser provincia independiente entre 1822 y 1823.
El Camino de Santiago cruza El Bierzo longitudinalmente; por él entraron arte, cultura, comercio y nuevos pobladores desde los albores de la tradición jacobea. Ahora lo cruza la autopista A-6, cosas del progreso
Desde El Acebo hasta La Faba, pasando por Ponferrada, por Cacabelos o por Villafranca, el Bierzo es la delicia del paisaje, la armonía de unas viñas, la solidez de uno castillo templario... y una gastronomía también “independiente”. Recuerdo un botillo que me tomé a las afueras de Ponferrada (el restaurante se llama La casa del Botillo; y con ese nombre no vas a pedir paella, claro) del que mi paladar (y mi colesterol) aun tiene gratos recuerdos. ¡Y qué vinos! Aquí hasta la uva es diferente. Su usa la variedad mencía que sólo crece en las orillas del río Sil y que ha encontrado un acomodo fantástico en las soleadas colinas de El Bierzo. A los tintos le llaman los borgoñas españoles.
Quiso la naturaleza ser caprichosa y hacer especial este lugar tan diferente al resto de la provincia de León,su clima y su fauna y vegetación.
Un consejo: además de lo típico (Ponferrada, Villafranca del Bierzo, etc..) si venís por aquí no perderos el valle del Silencio, una de las zonas menos conocidas y de mayor interés natural de la región. Se llega desde Ponferrada remontando el río Oza por una carretera de montaña estrecha y serpenteante (la de la foto) a través de bosques caducifolios de increíble frondosidad donde crecen castaños, chopos, serbales, nogales, fresnos y alisos.
El valle del Silencio fue lugar predilecto de ermitaño y santos, quienes construyeron varios monasterios e iglesias. La más famosa de todas es la de Santiago de Peñalba
P.D: para legos culinarios, el botillo es un manjar no apto para estómagos remilgados ni personas a dieta, reliquia culinaria del Bierzo, que consiste en una tripa de cerdo rellena de carne con hueso (espinazo, rabo, costillar), todo curado previamente al humo y luego adobado y cocido. Se sirve en cazuela de barro con repollo, patatas y chorizo y es plato único (¡como para tomar un segundo!).
Otra P.D: el titular del post responde únicamente a las reglas elementales de primero de periodismo que llevan a buscar un título llamativo que haga fijar la atención al lector, sin intención de meterme en jardines reivindicativos de ninguna índole ni rediseño alguno de límites provinciales, que conste.
Hecho de menos la cuajada casera con miel y los pimientos de EL BIERZO.
Si quieres conocer el Falcon Crest del Bierzo, hay una novelita romántica deliciosa "El señor de Bembibre". La novela va de la vida del último templario, su amor imposible y sus malvados enemigos. " El señor de Bembibre " está ambientada en el Bierzo y por lo tanto se pueden visitar los lugares y edificios que sirven de escenario a los personajes.
El monasterio de Carracedelo, el castillo de Ponferrada, el lago de Carucedo y otros castillos ,Cornatel,Sarracin,Balboa,cuyo nombre no recuerdo. Lo más triste de la novela no son los avatares de sus personajes, sino el final del novelista. Enrique Gil y Carrasco está enterrado en la iglesia de San Francisco gracias a un paisano suyo que lo repatrió desde Alemania. Murió en Berlín casi en la miseria, ya que la embajada no le pagaba sus honorarios.Unos amigos pagaron el sepelio. Una vida interesante de un escritor romántico español,olvidado.
EL BIERZO es pura magia, vayas donde vayas, lo conocí al cruzarlo por el Camino de Santiago y este año volví unos días a ver Cacabelos, Las Médulas, Compludo, el valle del Valcarce, parte de Los Ancares y esa joya única que es Peñalba de Santiago. A mí me carga las pilas esa región, no sé qué es lo que tiene, pero me siento como en casa, además la gente es muy amable. Por ponerle un pero, Ponferrada es una ciudad, y como tal es fea, pero saliendo de ahí, es magia pura. Recomendable 100%
gracias por dedicar un espacio de tu blog al El Bierzo.
Mi pueblo está entre Ponferrada y Cacabelos, se llama Magaz de Abajo.
Desde que me fui en el año 1995, era yo una pipiola total, no dejo de echarlo de menos, cada vez que voy pienso en la suerte que he tenido al haber podido crecer en un entorno como este.
Yo, que aunque soy muy fan de los parajes que tenemos en España, desde el Norte hasta el Sur, cuando los comparo con mi Bierzo… me pongo un poco abusona.
Y que decir de cuando me da la “morriña”, que me cojo el coche y como una flecha para mi pueblo. En fin, lo recomiendo encarecidamente.
Es como un bálsamo para el alma.
Un besiño.
Articulo realizado por :
Paco Nadal Licenciado en Ciencias Químicas y Master en Periodismo
http://bierzonatura.blogspot.com/
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